Es probable que, para cuando un viajero busque y hable con su operador turístico, este ya haya elegido su próximo destino para vacacionar. Entonces ¿qué rol desempeña ahora el asesor?
Por: Alfredo Gonzalez, presidente/ socio fundador de AG Hospitality Group LLC
Hubo un tiempo en que la cartera del touroperador era un menú con pocas opciones. Muchos de ellos estaban llenos de paquetes baratos y alegres a la Florida. Por supuesto, había varios tours más aventureros a California, al oeste de EE. UU. (Nueva Inglaterra, Nueva York, Filadelfia, D.C.), y al sur. En la mayoría de los casos se podían elegir actualizaciones y/o mejoras, pero las opciones eran muy específicas y finitas.
Lo que evolucionó en el mercado internacional anterior a COVID-19 fue donde pocos, si acaso algunos clientes de los operadores, compraban paquetes directamente desde las páginas del folleto de un operador turístico. Esos itinerarios parecen ahora solo ayudar a iniciar la conversación, pero es el consumidor quien tiene el control.
Consideremos esto: el 86 % de los viajeros que arribaron a EE. UU. desde el Reino Unido, en 2019, fueron visitantes habituales (hacían un promedio de 1.7 viajes por año). El 80 % de los que viajaron a la Unión Americana desde Alemania, en 2019, fueron visitantes habituales con un número similar de viajes promedio a EE. UU. por año.
Los viajeros experimentados a Norteamérica, de mercados emisores internacionales clave, tienen un nivel de conocimiento que les permitió compartir con el operador turístico sus ideas sobre dónde desean pasar sus próximas vacaciones en EE. UU. por región, estado o incluso ciudad.
Esto solo será más pronunciado a medida que salgamos de la neblina del COVID-19. Los niveles de familiaridad, disfrute y comodidad con los destinos preferidos de los viajeros a EE. UU. serán probablemente factores determinantes en las opciones de destinos de vacaciones a la Unión Americana en el futuro previsible. Los viajeros elegirán de una lista corta de su propia creación en función de su experiencia de visita previa a los EE. UU.
Entonces, ¿el papel del operador turístico será mejorar el itinerario con su conocimiento más detallado? El touroperador exitoso podrá explicar, por ejemplo, por qué pasar dos o tres días en la Ruta 66 (a través de Oklahoma) es una experiencia mucho más enriquecedora que solo un día.
El papel del destino, entonces, también evoluciona.
Educar al operador turístico y ayudarlo a crear valor para los clientes nunca había sido más importante.
Es posible que la elección del destino ya esté hecha para cuando el viajero busque y hable con su operador turístico. Pero esa es la oportunidad para que el touroperador brille, muestre su conocimiento del producto y guíe al cliente a la experiencia más agradable en el destino elegido que su presupuesto le permita.
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